viernes, 22 de enero de 2016

La épica hecha realidad: Cursa dels Cinc Cims de Cobera 2016

Después de tantos meses de espera por fin llegó el momento... Esfuerzo, sacrificio y las ganas de la superación personal la fórmula para poder conseguir batir un nuevo reto.

Y por fin llegó el momento de empezar a preparar los bártulos para una nueva carrera. Pero sin duda no se trataba de una cursa cualquiera, si no que nos estabamos preparando para afrontar la Cinc Cims de Corbera, la carrera más dura con diferencia que hemos corrido. El reto que nos planteabamos no era pequeño, 26 kms de montaña con algo más de 1250 metros de desnivel positivo.
Una vez ubicados y con nuestros dorsales recogidos nos encontramos con el pajarito Tony y con Ana. Ahora si, los nervios hacen por fin su aparición en iban poco a poco en aumento.

Buen momento para empezar a prepararse: cambio de zapatillas por las de montaña, físiocrem para el tute que nos vamos a dar, calcetines compresivos, gafas de sol y pañuelo en la cabeza.
Y una vez acicalados los pajarejes al foto call para inmortalizar el momento.


Ahora si los nervios ya a flor de piel,  con ganas de que lleguen las 10 para empezar a correr y disfrutar.
A las 10 en punto primera salida. En la segunda salida a las 10:05 empieza nuestra andadura. Y por fin la salida: nervios fuera, moral a tope, a disfrutar.
En cuanto salimos de Corbera,  la montaña nos estaba esperando: vistas preciosa, caminos y trialeras únicos.  Y chino chanete a la Creu de l'Aragall habíamos llegado. Primeros 10 kms superados y las sensaciones muy buenas.
Primer avituallamiento para coger fuerza y a encarar la subida a la bola. Pero antes de coronar la bola, primero toca pasar la Roca Foradada. Sin duda alguna un paso precioso... ahora si, ahora toca los rampotes de la bola. 



Tras casi 20 kms en las piernas por fin la cima de la bola, El Pic d'Agulles al saco... y como no podía ser un abrazo con mi compañero para celebrar que hemos llegado al punto más complicado... bueno eso creíamos porque tocaba bajar de allí arriba y el cartel de Baixada Perillossa aventuraba un descenso divertido... divertido y complicado.
Km 21, final del descenso de la bola con caída de rigor por mi parte que el pajaron Oscar aprovechó para cambiar el agua al canario.... algo más de 5kms para el final, y lo primero que pensamos esto no ha de ser ya muy complicado,  lo tenemos chapado. Lo que no sabíamos que todavía nos quedaba el último pico.
Ese último pico se hizo interminable. Las piernas sabía que las tenía porque estaban pegadas a mi cuerpo y no porque me las sintiera... y por fin coronado el último pico. Último avituallamiento y a encarar los 2kms finales.

Una sensación rara se estaba adueñado de mi porque era capaz de escuchar la música y la gente del pueblo pero por más que corramos no salíamos nunca de la montaña.
Ahora si, los tobillos ya destrozados. Menos mal que contaba con la  compañía de mi compañero de kms, y volver imposible a hacer la maxima: los pajaras salen juntos, vuelven juntos (gracias  company, eres único).


Tras el último esfuerzo llegamos al final de la montaña y volvimos a pisar asfalto, ostias tú  si aún queda subir el último repecho para encarar la meta. 
No se si fue la gente, ver la meta tan cerca o no se lo que fue, pero el caso es que en ese momento gasté mi último cartucho de moral y acabar la carrera con dignidad.
Y tras 26 kms y tres horas y media corriendo, por fin cruzamos la meta: un sinfín de emociones me invadieron el cuerpo, emociones que solo puedo resumir en una sola palabra, satisfacción.




Si  duda alguna una de las experiencias más duras que he tenido,  pero a la vez ubicados a de las más gratificantes